Acerca de Bamboo
En Asia Oriental, al bambú se le llama “la planta que puede salvar el mundo”. Lea aquí cómo el bambú puede asegurar nuestro futuro.
El bambú como materia prima renovable
Con hasta 91 centímetros al día, el bambú es la planta de crecimiento más rápido del mundo. Cuando se cosecha, las raíces permanecen intactas y el bambú vuelve a crecer del mismo brote, es una planta autofertilizante. Como materia prima, el bambú puede cosecharse en pocos años. Esto es impresionante si se compara el bambú con otras materias primas renovables para la producción de papel. Por ejemplo, los pinos tardan 30 y los robles incluso 80 años en ser cosechados.
El bambú no contiene pesticidas ni productos químicos
El bambú puede cultivarse sin pesticidas, fertilizantes ni productos químicos. Esto se debe al potente agente antifúngico natural kun / kunh del bambú. Este agente protege a la planta durante el crecimiento y al fabricar la fibra primaria para el papel. Bamboi® ha elegido deliberadamente que las bobinas de nuestro papel sean 100% ecológicas y sin blanquear. Esto hace que Bambooi® no contenga productos químicos añadidos y sea hipoalergénico.
El bambú mantiene limpio el aire
El bambú es un potente almacén natural de CO2 que mantiene limpio el aire. De hecho, el bambú almacena un 35% más de carbono y libera un 35% más de oxígeno que los árboles. En resumen, cada caja de Bambooi ahorra 6,69 kg de CO2. Un árbol maduro absorbe 21 KG de CO2 al año. ¿Se pregunta por qué los productos de papel fabricados con bambú tienen un impacto positivo en el medio ambiente?
Bosques de bambú en China
En China hay 208 tipos diferentes de bambú. El bambú que utiliza Bamboi procede de Sichuan (China) y, afortunadamente, no tiene ningún interés para los pandas. La especie representa una superficie de 200.000 hectáreas. Esto equivale a unos 100.000 – 150.000 campos de fútbol. Hay más que suficiente para usar. Y cuanto más se utilice, ¡mejor para el mundo! Debido al límite de almacenamiento del bambú, es necesario cosechar la hierba para que los brotes jóvenes puedan retomar el carbono. Convertimos el bambú talado, lleno de CO2 almacenado, en rollos de papel higiénico, manteniendo el carbono fuera del aire el mayor tiempo posible.